De cuando en cuando la vida nos regala momentos mágicos. Experiencias personales y únicas que nos sacan de nuestra fría rutina diaria , y nos trasladan hasta un singular universo de emoción y reflexión.
Un gran amigo , al que no veía desde hace tiempo, me ha regalado uno de estos momentos de magia . Su lamentable separación matrimonial y el futuro de su vida sentimental, fueron las excusas para un largo y sincero diálogo de amigos a través del útil MSN.
Compartir con algún amigo aquellas historias dolorosas que oprimen nuestro pecho es siempre una cuestión de sanación personal. Es parte del necesario ritual de curación que nuestra almas requieren para sobrellevar algún trance adverso.
Pretendía contar en este post , parte de la bella historia que este amigo me contó, pues la consideré en todo momento muy hermosa y excepcional. Sin embargo, al poco escribir, me dí cuenta que lo central no era su singular historia, sino el hecho de haber compartido conmigo , a pesar de la distancia y de los años que nos separan, un pedazo único y fundamental de su vida. Quizás , más adelante , ya haya tiempo de contar algunos detalles al respecto. Es probable. Por ahora me es suficiente con el grato sabor a amistad que este mágico momento me ha dejado.
Un gran amigo , al que no veía desde hace tiempo, me ha regalado uno de estos momentos de magia . Su lamentable separación matrimonial y el futuro de su vida sentimental, fueron las excusas para un largo y sincero diálogo de amigos a través del útil MSN.
Compartir con algún amigo aquellas historias dolorosas que oprimen nuestro pecho es siempre una cuestión de sanación personal. Es parte del necesario ritual de curación que nuestra almas requieren para sobrellevar algún trance adverso.
Pretendía contar en este post , parte de la bella historia que este amigo me contó, pues la consideré en todo momento muy hermosa y excepcional. Sin embargo, al poco escribir, me dí cuenta que lo central no era su singular historia, sino el hecho de haber compartido conmigo , a pesar de la distancia y de los años que nos separan, un pedazo único y fundamental de su vida. Quizás , más adelante , ya haya tiempo de contar algunos detalles al respecto. Es probable. Por ahora me es suficiente con el grato sabor a amistad que este mágico momento me ha dejado.
Querido amigo, la vida nos da siempre una segunda oportunidad. Aquella canción de Vicentico, ex Fabulosos Cadillacs, te viene como anillo al dedo:
...Los caminos de la vida no son lo que yo esperaba,
no son lo que yo creía, no son lo que imaginaba...
Los caminos de la vida son muy difícil de andarlos,
difícil de caminarlos y no encuentro la salida...
Dedicado al Flaco, un gran amigo de siempre.
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