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lunes, agosto 17, 2009

LA CONTADORA DE PELICULAS

Hace unos días me detuve en una librería para comprar algún texto entretenido para mis niños (debo reconocer que hay pocos placeres tan gratos como detenerse a comprar un libro relajadamente). Ya había adquirido algo para mis infantes, cuando un título me llamó la atención: "La contadora de películas", de Hernán Rivera Letelier. Quiero ese para mí- pensé.

Aunque el género de la novela no siempre ocupa mis preferencias literarias -me inclino por el tema histórico o sus derivados- este reconocido novelista chileno siempre consigue capturar mi interés cuando de libros se trata. Esta vez lo logra con esta breve novela , que narra la historia de María Margarita, una niña con la singular habilidad de contar a sus semejantes -con todo lujo de detalles- las películas que ve en en cine.

La historia de MM -como le llaman en el libro- transcurre, al igual que toda la obra de Rivera Letelier, en los áridos desiertos y años de la pampa chilena de los tiempos del salitre.

El título fué un enganche inmediato, y al verlo, no pude evitar una nostálgica sonrisa. Es que me hizo evocar mi infancia, cuando con todo agrado, disfrutaba contándoles a mis amigos , las películas que veía en el cine.

Una vez terminé de leer el libro, debo reconocer que no es de los mejores de Rivera Letelier. Pero la verdad , esto no importa mucho, ya que el valor que en lo personal le dí , no vino precisamente de su calidad narrativa, sino de su capacidad de evocar un mágico recuerdo personal.

En fin, cosas de la vida, del cine y de la literatura.

sábado, agosto 08, 2009

EL PASO DE LOS AÑOS

Hace muy poco , tuve que comenzar a usar lentes para leer. Yo , que siempre me vanaglorié de mi vista de lince, debí resignarme al paso del tiempo sobre mi humanidad, y debutar a mis cuarenta y tantos, como usuario de óculos.

No he podido evitar una reflexión en relación al inefable paso de los años. Y cando me refiero a esto, no hablo de temor a envejecer ni nada que se le parezca. Me refiero a como no nos damos cuenta del pasar de los años sobre y alrededor de nosotros.

Resulta casi increíble. Todo va cambiando, inexorablemente, e independiente de nuestra voluntad. Todo lo que nos rodea es víctima del avance del reloj. Nosotros. Nuestros hijos. Nuestra gente querida. Nuestro físico. Nuestros hábitos. La ciudad en que vivimos. La tecnología que usamos. Las costumbres que adoptamos.

Nada puede resistir el tranco fuerte de los días que pasan, y estos no perdonan descuidos ni omisiones. Debemos estar atentos. Con el tiempo no hay vuelta atrás. Hay que aprovechar cada momento, darle más oportunidad a los buenos momentos y más valor a las cosas simples, que al final, haciendo tabla rasa , resultan siendo las más importantes.

Casi sin quererlo, me sorprendí hojeando mi archivo digital de fotos y videos.