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lunes, noviembre 10, 2008

NO HAY NOVIA FEA NI MUERTO MALO

NOTA ACLARATORIA: Espero me disculpen algunos amigos blogeros que visitan este sitio buscando alguna opinión de cine de este humilde servidor, pero quiero salirme un poco de la temática cinéfila , para referirme algunos hechos noticiosos ocurridos en mi país , que me merecen un obligado comentario. Ahí le va.
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Con la reciente muerte de Ricardo Claro y la inauguración del memorial del ex-senador UDI Jaime Guzmán, y los respectivos "homenajes" realizados por sus fans, resulta inevitable acordarse del refrán popular “no hay novia fea ni muerto malo”. Es que, a la hora de la semblanza de estos personajes, muchos se esmeran por convencernos de que estamos ante la imagen de grandes “demócratas” de nuestros tiempos.

Sin embargo, para aquellos a los que el paso del tiempo -y de los gobiernos- no nos ha hecho perder la memoria, los recuerdos al respecto son particularmente distintos.

Claro, poderoso empresario chileno, ultraconservador, fundamentalista religioso, fue propietario de una amplia red económica y política que, desde sus inicios, estuvo identificada y vinculada a la dictadura chilena . Asesoró a Pinochet en materias económicas durante los primeros años del gobierno militar. Hombre temido, al punto que el año 2001, fué nombrado como el “hombre más temido de Chile”, por la revista El Sábado de El Mercurio. También se le vinculó en la detención y desaparición de un grupo de trabajadores de Elecmetal, empresa de su propiedad.

Guzmán, por su parte, fue el principal asesor y consejero de Pinochet, y hombre clave en el proceso de otorgar cuerpo ideológico , jurídico y constitucional a su régimen autoritario. La visión "democrática" de Guzmán queda expresada en la siguiente minuta a la junta: "El éxito de la Junta está directamente ligado a su dureza y energía, que el país espera y aplaude. Todo complejo o vacilación a este propósito será nefasto. El país sabe que afronta una dictadura y lo acepta... Transformar la dictadura en dicta-blanda sería un error de consecuencias imprevisibles”. La conexión de Guzmán, con la obra y legado de la dictadura militar chilena, se refleja de forma cruda y brutal, en el crimen político del cual fue víctima ,en Abril del 2001, y que le costó la vida.

Cuando se trata de recordar a estos “connotados demócratas”, léase defensores a ultranza de la dictadura militar, otro es el refrán que se me viene a la memoria: “nos quieren pasar gato por liebre”.

PD. Una larga lista de "próceres de la democracia" aparece en este reportaje de La Nación.