Hace ya un mes que ocurrió el terremoto. Aunque las réplicas aún persisten y los daños - personales y materiales- son bastantes, de a poco hemos ido recuperando la calma y algo parecido a la “normalidad”.
Ayer Viernes , precisamente, se ha levantado el Toque de queda en la provincia de Concepción, el cual se había instaurado 2 días después del terremoto, para frenar los actos de pillaje y vandalismo que se produjeron en la ciudad. Durante casi un mes, desde que el sol se ponía, y hasta que amanecía, nadie podía circular por las calles. Afortunadamente, los saqueadores cesaron su impúdico accionar a los pocos días.
Aunque mi querido Chiguayante, por suerte, no resultó ser la localidad más dañada con ocasión del terremoto, si tiene importantes daños que lamentar. Muchas casas destruidas o dañadas. Sus moradores deben vivir actualmente en carpas, y dependiendo de una escasa asistencia y ayuda de la autoridad. Las vías de acceso y salida de la ciudad , sean carreteras o vías de tren, resultaron con daños que restringen su normal funcionamiento y provocan importante congestión vehicular durante el día. El sistema de atención de salud pública está más deteriorado que nunca. Hay escombros y basura en muchos lugares que aún están sin retirar.
Como siempre, la tragedia tiene varias caras. Muchos , en un gesto casi de catarsis, han vuelto a los malls, para continuar su vida de fieles consumidores, como si nada hubiera pasado. Otros , por el contrario, han visto como sus vidas cambiaron violentamente, y hoy permanecen en la completa indefensión. Es el cara y sello del drama.
En fin, aunque no lo queramos , el terremoto sigue y seguirá siendo el tema recurrente de nuestra cotidianidad. Muchas palabras que decir, muchas experiencias que contar, muchas historias que escuchar, muchas fotos para ver. Sin duda, hay un antes y un después , a partir del terremoto.
En fin. Hoy, como sea, debemos levantar la cabeza nuevamente y ponernos en marcha. Ello, a pesar de las vidas que se perdieron y de las heridas sufridas. A pesar de los edificios destruidos y de aquellos que hay que demoler. A pesar de los puentes que se dañaron y de las fábricas que se detuvieron. A pesar del comercio que resultó saqueado y de los ladrones que lo hicieron. A pesar de todo, la vida continúa y, por suerte, estamos vivos para contarlo.
Aquella canción del dúo valdiviano Schwenke y Nilo, nuevamente viene a emocionarme, esta vez con mayor razón que nunca.
Saludos a todos , desde el sur de Chile.
1 comentario:
Hola Nelson, gracias por tu visita a mi blog. me alegro que, después de todo, esteis bien tú y los tuyos. No tienes nada de qué disculparte, hombre!. Las disculpas las mías, que leí tu publicación y no comenté nada por pura pereza. Te contesté en el mio, pero por si acaso, te mando un saludo desde aquí.
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