Páginas

viernes, enero 19, 2007

Babel: Una Oda al Fragmento


Ya no es una cita ir a ver el ultimo filme de la dupla mexicana González-Arriaga, es casi una obligación para todo amante de este arte. Desde esta perspectiva observé Babel, según su director, película que cierra la trilogía amparada en las coincidencias argumentales de diferentes historias en un mismo filme. Así, Amores Perros y 21 Gramos, nos deleitaban con esta innovadora forma de narrar. Babel, si bien es cierto es más de lo mismo, lo hace de forma inquietante, no para la obra en si, sino que en relación al futuro cinematográfico de González Iñárritu.

En Babel, los guiños a sus antecesoras películas son anunciados e interminables. Brad Pitt, no difiere mucho en físico y actitud al personaje de Benicio del Toro en 21 Gramos, lo mismo pasa con el rol de Cate Blanchett, el cual posee los mismos dramas existenciales de Naomi Watts, en la misma película; y lo que es aún más evidente, es el personaje de Gael García, el cual posee la misma rebeldía y vehemencia de Octavio en Amores Perros. En resumidas cuentas, González y Arriaga se copian a si mismo, mediocridad dirá usted, no se precipite, pues estas coincidencias son el metalenguaje mismo de toda la cinematografía de estos mexicanos, que a través de ellas, en esta ocasión, conectando Marruecos, Japón y la frontera entre Mexico y EEUU, nos muestran la disparidad que tenemos unos con otros en el orbe, las diferencias culturales que nos alejan cada vez más en humanidad. Si lo pensamos de esta forma, claramente no hay mediocridad.


Me detendré ahora, en la inquietante huella que deja el filme, y esta tiene relación con la impecable maestría del fragmento. Miles de fragmentos, cada uno con la personalidad de una obra. La película dura 2 horas y media, bien podría durar 6, y no sería cansador, puesto que un fragmento de cada historia, de cada vida, de cada uno de estos personajes, es tan relevante y dramático que uno quiere volver al fragmento anterior, pero se encuentra con otro tan atrayente como el último, es decir se va ramificando en fracciones y fracciones. Es aquí en donde Babel se separa de sus antecesoras, puesto que no hay un conflicto central, como un accidente automovilístico, muy por el contrario, la historia que transcurre en Japón, casi resulta innecesaria para cualquier filme, sin embargo resulta esencial para el cine de Alejandro Gónzalez Iñárritu y Guillermo Arriaga.

El episodio Japonés es el fragmento más lejano y confuso, es una suerte de Efecto Mariposa, es el puntapié inicial, argumentalmente hablando, del drama que acontece en Marruecos, nada más que eso, y que cada vez que aparece en la historia, resulta extraño y poco digerible, como si estuviese demás. Finalmente uno se percata que Babel apuntaba precisamente haciá allá, al fragmento más lejano, a la desconstrucción del universo cinematográfico de Amores Perros y 21 Gramos. Por esta razón el filme finaliza en Tokio, y no en Marruecos, ni México.


El epílogo es un homenaje marcado a los filmes de Kim Ki-Duk, toda la violencia e impotencia sicológica que sufre la mujer en Hierro 3, lo experimenta el personaje femenino sordo-mudo de Babel, todo esto acompañado por el tema musical Bibo No Aozoro, es casi al final del mismo cuando aparecen las cuerdas incansables de Santaolalla, pero solo para acompañar los creditos finales, como queriendo decir que éste es es final de la trilogía, un fragmento completamente ajeno a todos los anteriores, tanto de este filme como de los antecesores.

Qué deparará en el futuro el cine de estos mexicanos, con Babel, es más complicada contestar esta interrogante, yo me quedo con el fragmento más lejano, el de la canción Bibo No Aozoro

3 comentarios:

Nelson, un habitante del patio dijo...

Aún no veo BABEL.
Con este magistral Post de mi vecino,no me queda otra que ponerme a a la fila.

saludos,

Aynna Dannan dijo...

Yo la vi, y difiero: si fue cansadora y las dos horas y media se me hicieron largas...
La historia de Japón se me hizo prescindible...
Y todavía no logro entender cómo según el ángulo que disparan los niños marroquíes, le dan a Cate Blanchett en el lado izquierdo del bus...
Tampoco entiendo por qué sólo de vuelta de México, les piden los papeles a los niños...
Muy quisquillosa??

En fin, me quedo con los paisajes y con la "imagen" Marruecos_méxico versus Japón

Saludos y buen post.

thebest dijo...

y la música???? también se te hizo agotadora e imprescindible...

Gustavo Santaolalla y su guitarra amenizan y complementan tan bien la peli, que podría haber durado 3 horas y no sería un tedio para cualquiera que aprecie el buen cine.